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NOS CUIDAMOS Archivos - Página 4 de 7 - Una mica ms i ja est

Lactancia en tándem (a tutti pleni) – Carnaval de Blogs

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Abril, con 20 meses, y Lluna, con unos días. Noviembre de 2013 (fotografía de Marc Webber)

¡¡Seguimos con la difusión de la lactancia materna y el Carnaval de Blogs!! Esta vez me ha dado fuerte (segundo capítulo con la lactancia en tándem). Todo ha coincidido con las vacaciones, y con ello tenemos apoyo de la familia que se queda con las niñas un ratito y yo hago otras cositas que me placen, como cuidar este pequeño rincón mío para hablar de cosas con amor.

“Lactancia materna: cimientos de una sociedad sana” es un Carnaval de Blogs organizado por la Asociación Oro Blanco y Tigriteando para darle difusión al XIII Congreso Fedalma, que se celebrará en Ciudad Real el 15 y 16 de abril, y también para promover la lactancia materna en la blogosfera. El tema del carnaval es también el lema del Congreso. Recordad que encontraréis toda la información aquí. A ver si tengo suerte y gano el concurso y voy al congreso gratuitamente 😉

Como siempre digo, mi experiencia es la mia propia, ni mejor ni peor, es la que he elegido y me siento feliz y satisfecha con lo que hemos vivido. Si volviera atrás lo haría casi exactamente igual. Quien en su camino haya decidido no alimentar con leche materna, o destetar antes de lo que considera la OMS, o destetar durante un embarazo… son decisiones que cada mujer/madre y cada familia toma por el bienestar de ellas/os y debe ser respetada y no ser juzgada.

“¡Dándole el pecho a tu hija y a la bebé, se van a quedar raquiticos!” Éste fue el comentario que me hizo mi abuela cuando se enteró de que estaba embarazada de mi segunda hija y todavía le daba el pecho a la primera. He de decir que me paré a pensarlo, y le pregunté: “¿pero quién exactamente se quedará flaca, el bebé, Abril o yo?” Ella no sabía qué decirme porque era una frase muy socorrida en su época y nunca se había parado a pensarlo. Yo, de primeras, pensé que quien perdería energía sería yo, y que el bebé nunca se quedaría sin nutrientes. Todavía ahora me falta información contrastada para saber si mamá, bebé e hija mayor están con los nutrientes necesarios si existe lactancia en tándem.

La lactancia en tándem, a duo, es decir, de dos criaturas de diferentes edades a la vez, es una situación que en el pasado era muy usual porque las familias no contaban con planificación familiar y por lo tanto a menudo se tenían hijos/as bastante seguidos/as. Ahora, sin embargo, no es muy frecuente verlo y de ser así, la gente se extraña. He de decir que mis recuerdos de lactancia en tándem en público (¡bendita cabeza mía, que recuerda siempre lo mejor!)  son siempre bastante positivos: en el médico, con la revisión de la primera semana de mi recién nacida, en el autobús en Barcelona, en un restaurante en Madrid, en la playa de mi pueblo (El Vendrell), en un banco en Londres…

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Abril, con 28 meses (julio de 2014)

Ahora bien, me gustaría destacar algunas situaciones con profesionales de la sanidad que no me han gustado y que desearía que no le volvieran a ocurrir a nadie más. Pero debido a que me pillaron en el puerperio y estaba floja de energía, preferí no contestar con mi opinión, porque ésta es personal y porque aunque siempre he tenido información de AlbaLactancia al respecto, no me veía con fuerzas de replicar si me decían que quién eran “esas” de AlbaLactancia.

Pues cuando he dado a luz en el Hospital de la Maternitat de Barcelona, primero a Lluna (y todavía amamantaba a Abril), y luego a Aran (y todavía amamantaba a Lluna, y a Abril en raras ocasiones) en el Hospital del Tajo de Aranjuez (Madrid), siempre me han dicho distintas enfermeras y auxiliares que tuviera cuidado con el calostro y darle el pecho a la mayor porque podía afectarle a la bebé.

Según una investigación [PDF] sobre la lactancia en el embarazo y en tándem realizada por Alba Lactancia en el año 1999 y completada en el año 2006 con una muestra total de 73 madres que amamantaron durante el embarazo:

¿Puede afectar al crecimiento del bebé por nacer? Se hizo la media de los pesos de todos los bebes al nacer. La media de los hermanos mayores nacidos sin lactancia en el embarazo fue de 3353 gr mientras que la media de los hermanos pequeños nacidos de un embarazo con lactancia fue de 3511. Sabemos que estadísticamente los segundos hijos tienden a pesar algo más que sus antecesores, pero en todo caso con este resultado es obvio que amamantar en el embarazo no provoca retraso de crecimiento intrauterino.

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Abril, con 19 meses (octubre de 2013)

Una situación que personalmente me preocupó mucho durante los embarazos y la lactancia fueron las contracciones uterinas. Tanto en mi segundo embarazo como en mi tercer embarazo he tenido muchas contracciones y bastante molestas por ser tan frecuentes. Aquí me encantó ser antendida por profesionales nada alarmistas en la sanidad pública barcelonesa y arancetana. La primera vez le pregunté a mi ginecólogo si mi bebé podía sufrir por las contracciones durante amamantaba a la otra, y me contestó: “yo he trabajado mucho en África, y allí lo hacen. Sinceramente, según estudios creemos que no le pasa nada al bebé. Tú dale el pecho tranquila si así lo deseas y si las contracciones te dejan hablar y vivir. Si te sientes muy molesta y te duelen, deja el pecho y no pasa nada”. Me pareció una respuesta súuuuuuuper adecuada. Me encantó. La segunda vez no le pregunté nada a mi matrona en Aranjuez, pues estaba tranquila por la experiencia anterior. Aún así, ella me indicó que ya sabía cómo funcionaban las contracciones de parto y las contracciones uterinas, así que yo misma decidiría hasta donde llegar.

Según la investigación de AlbaLactancia, más de la mitad de mujeres tenían contracciones mientras amamantaban que cedían espontáneamente cuando soltaba el niño el pecho.

No hubo pues diferencias significativas en cuanto a duración de los embarazos comparando embarazo sin lactancia a embarazo con lactancia materna. Incluso alguna madre intentó ponerse de parto dejando que el hijo mamara mucho y no lo consiguió.

 

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS Y SITUACIONES DE TODOS LOS COLORES

Antes de tener a tu bebé, crees que no vas a resistir un embarazo lactando a tu hija mayor. De hecho te planteas cómo te has podido quedar embarazada teniendo un bebé tan pequeño (alrededor del año, o incluso menos). Yo tuve mis dudas sobre la lactancia en tándem, pero me hacía ilusión, quería probar la experiencia. Por suerte mi hija aminoró el ritmo de sus tomas, lo cual me ayudó a descansar, y en el último trimestre lo retomó con ganas pero siempre sin ser muy insistente.

Embarazada de mi última hija me pasó que sentía un rechazo enorme, gigantesco, cuando tomaba mi primera hija, y sólo un poco, cuando mamaba mi segunda hija. ¡Madre mía decía yo! Es que menudo lío te traes mujer.

Te puede pasar como a nosotras, que nuestra hija mayor dejó de comer “sólidos” cuando nació la bebé. Bendita teta, pensé, y después de muchos quebraderos de cabeza en 1 mes engordó 1 kilo una niña de 20 meses. ¡¡Increible!!

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Abril, con 21 meses, y LLuna, con 1 mes (diciembre de 2013)

Si lo haces para que su sistema inmunológico se fortalezca, puede ser que no sea del todo así. Mis hijas, sin ir al cole hasta los 3 años (al menos la mayor que es la que ahora va al cole), han pillado resfriados igual que cualquiera pese a tomar teta por doquier. Aun así, reconozco que nunca se han puesto muy muy malas.

Cuando tienes una criatura que tú consideras pequeña y apegada a ti, y todavía le das el pecho, y no deseas retirárselo, me encanta el vínculo que se continua generando con la madre, y con el siguiente bebé. Esos momentos de lactancia a 3, en el que se cogen la manita y se miran entre ellas son hermosos.

Las primeras semanas o meses puede parecer una odisea organizar las tomas. Cada una lo hace en base a la idiosincrasia de su familia. En mi caso, la primera vez mi hija mayor era tranquila y le podía dar el pecho a la vez que a la recién nacida. Ahora, mi segunda hija junto a la bebé lo veo muy difícil porque la lactante mayor es muy inquieta. Así pues, decidimos hacer las tomas por separado. Lo positivo es dedicarle tiempo exclusivo y de contacto a cada una. Es cierto que la madre será la que se quede sin demasiado tiempo para ella, pero eso va a pasar de todas formas.

Yo aprovecho el momento de las tomas para descansar, dormir, meditar, hacer ejercicios de kegel (si me acuerdo), mirar el móvil y actualizarme, hacer la lista de la compra mentalmente… Y sobre todo, intento hacerle sentir a mi hija que estoy ahí con ella, arropándola, acompañándola y calmándola.

Cuando ya han pasado unos meses y la lactante mayor ya se ha acostumbrado a la nueva situación con la bebé nueva, le limito las tomas durante el día a momentos especiales como son la siesta o antes de dormir. La noche suele ser más sagrada: sólo hay teta para la bebé. Ahora bien, es inevitable encontrarse con algunas noches o semanas de mocos en las que hay tomas para cada una de las dos lactantes. Ahí veo imprescindible la colaboración de la pareja para que atienda a quien no se acabe de dormir después de la toma y necesite cariños.

Me parece esencial que tu pareja te apoye. Entiendo apoyar como que esté disponible tanto como sea posible (por las noches también) para resolver situaciones de todo tipo, como cuando la bebé ha mamado y la puede acunar en brazos, o la mayor está muy quejicosa pero no es el momento de darle el pecho.

Lactar a la mayor cuando tienes otra hija ayuda a descongestionar los pechos durante la subida de la leche, e incluso contar con más leche tanto para tu bebé como para el lactante mayor. Con ello, a mi me ha ayudado a evitar mastitis en muchas ocasiones llamando a la lactante mayor a descongestionarme los pechos cuando lo he necesitado.

Después de lactancias bastante prolongadas (4 años, 2 años y 4 meses de momento, y una bebé…) mi cuerpo definitivamente se está resintiendo. En primer lugar, la vista (miopía) y en segundo lugar, la dentadura con varias caries. Dicen que los demás efectos salen con el tiempo, pero tampoco cuento con información contrastada al respecto.

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Abril, con 3 años y 4 meses, y Lluna, con un año y 8 meses (junio de 2015)

Entre tanto, puede ser que te hartes y te sientas como una vaca con las ubres todo el día al aire. Yo, sinceramente, ha habido pocas ocasiones en las que me he sentido así porque me he visto capaz de limitarle las tomas a la lactante mayor, y no he sentido la necesidad ni la situación de tener a una bebé recién nacida todo el día colgada al pecho. A demanda, sí, pero no todo el día.

Si al fundirte con tus dos hijas crees que estás dejando de existir, entonces es que necesitas un respiro en toda regla. Una lactancia en tándem satisfactoria siempre va a necesitar de comprensión y empatía por parte de la gente que te acompaña por mucho que sea una decisión propia. Y siempre tienes que estar bien tú, madre, y así todo podrá fluir con amor y entendimiento.

Sin duda continuo echando en falta más información contrastada sobre la lactancia en tándem, y más rigor a la hora de tratar el tema desde los centros de salud y especialistas implicados/as. Como véis, no he mencionado en ningún momento de grupos de apoyo a la lactancia porque nunca he asistido a uno (bueno, sí, miento, en 2 ocasiones cuando nació mi primera hija pero me sirvió de poco), pero me parece que debería ser un dispositivo público de los gobiernos locales y remunerado para todas las personas involucradas.

Me quedo con las horas dedicadas a nutrir mis hijas. El pecho que les he dado es impagable, es un regalo para toda la vida, y eso yo sé que ellas lo valoran aunque sean muy pequeñas. Los momentos de lactancia que hemos compartido están grabados en mi retina y mi corazón para siempre. Ese instinto inicial de buscar el pezón rozándose la nariz, ese escozor en el pezón por las horas de lactancia durante la noche, esos arañazos torpes sobre la teta, esas primeras sonrisas despistándose del objetivo teta, esas caricias por la barriga, esos pellizcos por la espalda, los rasguños en tus lunares, esos tirones de los bellos en la aureola, esa manera de mamar que parece que se está deslactando, esa noche que quieres que se duerma en 5 minutos y tarda 2 horas, esa complicidad de yo estoy contigo y tú conmigo, y el resto del mundo deja de existir.

Carnaval de blogs sobre el Congreso Fedalma – Ciudad Real 2016

Sabéis que llevo bastantes semanas sin publicar y la mayoría os imaginaréis porqué… Tener 3 criaturas comprendidas entre los 4 años y 4 meses hacen que el día tenga muy pocas horas, y el sueño no me deje concentrarme frente a una pantalla de ordenador (a parte de que ya no me apetece como antes…). Pero hoy tengo un motivo esencial para escribir.

Hace unos días leí en Tigriteando que pronto se celebraría el XIII Congreso de FEDALMA (Federación Española de Asociaciones Pro-Lactancia Materna), y que para darle difusión la Asociación Oro Blanco, anfitriona este año, había organizado el Carnaval de Blogs para promover la lactancia materna en la blogosfera. El lema este año es “Lactancia materna: cimientos de una sociedad sana”, y tendrá lugar en Ciudad Real el 15 y 16 de abril.

 

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En el participarán grandes expertos y expertas en temas relacionados con la lactancia, como por ejemplo , Diego Hernández, neonatólogo, que hablará sobre  ‘Epigenética y lactancia materna, el mejor inicio para cambiar el mundo’, o Pamela Morrison, IBCL. (Traduce al castellano Carmela Baeza), con una conferencia sobre ‘Making Milk: Cómo optimizar la producción de leche’… Y un sinfín de temas de actualidad se tratarán desde distintas ópticas. Si quieres conocer los detalles del Congreso, aquí tienes el programa y la información sobre las inscripciones.

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Antes de nada, quiero sincerarme diciendo que me sorprende enormemente que en esta llamada carnavalera a hacer difusión de la lactancia materna en la bloguesfera, que va ligada a poder ganar una inscripción en el Congreso, sólo 4 personas hasta el momento, a 4 días de finalizar el concurso, hayan publicado y vinculado en Tigriteando. Yo pensaba que la lactancia materna era una cuestión muy relevante y ligada a la crianza natural y que a blogueras y blogueros les resultaba interesante compartir experiencias personales, pero será por circunstancias que desconozco, no me ha parecido que esté habiendo en las redes sociales la participación que merece tal evento.

 

EL ORIGEN

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Javier, Abril, Montse y Lluna (noviembre de 2013)

Como ya sabéis quienes me seguís, nuestra historia de maternidad/paternidad está íntimamente ligada a la lactancia materna, diría que aunque no sea “El Tema Principal” de las entradas en el blog, es tan esencial como que el nombre del blog se lo di gracias a una situación hermosa de lactancia, la imagen del blog también, y mi mente y tiempo están todavía muy ligados a dar el pecho a mis pequeñas.

Mi realidad ha sido la que explicaré a continuación, lo cual significa que es una elección personal en base a nuestras circunstancias y nuestra manera de criar y amar a nuestras hijas. Cada familia elige lo que siente y lo que prefiere, y con mi historia me gustaría difundir los beneficios de la lactancia materna. Es bien conocido que existen muchísimas mujeres sobre todo en Occidente que no se sienten bien con la lactancia materna, que lo intentan y no fluye, sufren, intentan conciliar con su trabajo y les resulta muy pesado. Cualquier elección será siempre la más adecuada siempre que la familia así lo considere y se sienta feliz. Eso está clarísimo para mi.

Todo empezó cuando nació Abril hace justo 4 años y yo sabía que quería darle el pecho. Nada más. No sabía nada más porque no había sentido la necesidad de leer. En las clases de preparación al parto hablarían de la lactancia, pero no llegué porque parí antes de esas clases. Solamente había sentido que quería hacer las cosas de un modo natural, sensible, y siguiendo mi instinto maternal del modo más consciente y real posible. Mi cuerpo me decía que una mujer paría y su cuerpo respondía con pechos con leche para nutrir, alimentar… y conectar con el bebé.

Para mi dar el pecho desde el primer día ha sido un descubrimiento innato del poder de mi cuerpo, del poder de las mujeres, y por lo tanto, un acto de empoderamiento. Ser capaz de estar con ella, de ver cómo crece gracias a mi alimento, de ver cómo se calma gracias a mi contacto y mi pecho, me parece algo maravilloso, mágico, casi una ilusión.

Tuve suerte, o genética, o paciencia y calma, pero verdaderamente he pasado pocos malos ratos de lactancia materna. Siempre he tenido claro que los beneficios eran más que los perjuicios. Tener niños/as amamantados por sus madres para mi supone tener niños/as sanos, con el alimento más equilibrado y natural que existe. Supone ayudar a los/as niños/as a tener un sistema inmunológico más fuerte. También significa prevenir la obesidad. Favorece una buena digestión, pues no conozco bebés de leche materna con problemas para evacuar.

Para la madre dar el pecho significa continuar el proceso natural de reproducción, te recuperas mejor durante el puerperio, también se asocia amamantar con un menor riesgo de cáncer de mama, favorece el descanso y el contacto físico con el bebé, y sin duda alguna, para mi ha supuesto un refuerzo positivo de mi autoestima gracias a la connexión que he tenido con mis hijas. Les reconforta tanto mamar que yo me siento bien por esa relación exclusiva que tengo con ellas.

NATURALIZAR LO HUMANO

Ahora bien, que yo viva una lactancia materna muy satisfactoria durante 4 años con 3 hijas no significa que el camino haya sido siempre de rosas. Sin duda alguna, como os podéis imaginar, ha habido en el camino algunos inconvenientes que he tenido que ir resolviendo como buenamente he podido.

Existen varios factores que para mi son la clave para que la lactancia materna funcione: la autoestima de la madre, la genética de la madre y el hijo/a, el apoyo de la pareja, y… el apoyo recibido en hospitales y centros de salud (matronas, ginecólogas/as, pediatras, etc.) y la rumorología de la calle. Si me pidiérais que me quedara sólo con 1 o 2 de estos puntos clave porque va a llegar una Diosa Divina que lo va a resolver por arte de magia, me quedaría con los dos últimos.

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Abril recién nacida, en marzo de 2012

El primer día que volví a casa del hospital con mi primera hija flipé con la subida de la leche, como tantas otras mujeres. De no ser por Rosa, mi matrona durante las clases de preparación al parto, todavía estaría peleándome con un sacaleches que me compré a la desesperada en una farmacia sin tener ni puñetera idea de que ésa no era la solución para mis pechos.

En el hospital, con mi segunda hija recién nacida, sentí que si mi primera hija quería el pecho debía darle, no lo veía mal. De no ser por mi seguridad, no lo hubiera hecho porque varias personas del personal sanitario que entraba en mi habitación me dijo que le estaba quitando el calostro a la bebé. La gran suerte que corrí fue que justamente darle el pecho a mi hija mayor me ayudó enormemente en la subida de la leche.

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Lluna recién nacida, en noviembre de 2013

Abril, mi hija mayor, dejó de tomar prácticamente todo tipo de comida sólida cuando nació Lluna  (relato en el blog Som la llet de Alba Padró). Abril tenía 20 meses. Estuvo así 1 mes entero. De no ser por Julio Basulto, hubiera terminado peleándome con mi hija todos los días. Al final confiamos en lo que él contaba en una entrevista y no hicimos caso a abuelas, yayas, educadoras, amigas/os y demás personas de nuestro entorno.

Mi segunda hija tenía reflujo, lloraba desconsoladamente, y me tenía aburrida de cambiarle la ropa entera por vómitos y demás. Gracias a mi instinto maternal y a la confianza que tenía en mi misma por mi experiencia anterior, continué dándole el pecho con normalidad a pesar de varios comentarios de que quizá mis pechos no eran lo que mejor le iban a la niña.

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Abril, con 20 meses, y Lluna, con unos días, en noviembre de 2013

Mi pareja y yo, diría que más mi pareja, nos quedamos un poco sorprendidas cuando nos dieron el papel de alimentación complementario típico que te da la pediatra en la revisión de los 4 meses. A partir de los 6 meses cereales con leche artificial o leche materna, rezaba. 

Con mi segunda hija la pediatra me dijo que “darle cereales cocidos a mi hija, tipo arroz, quinoa, avena… sin mezclarlos con leche artificial le hacía vomitar. Porque comer arroz blanco lo hacen los chinos. Compre leche de bote en una farmacia, en el supermercado no porque a lo mejor le genera desconfianza, mejor en la farmacia, que tienen sabor a vainilla y eso a los niños les encanta”. Me quedé boquiabierta y a penas le respondí. Se suponía que era la doctora con mejor ojo clínico del pueblo.

(Y un largo etcétera)

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Lluna, con 2 años, y Aran, con unos días, en noviembre de 2015

El día que centros de salud, hospitales, especialistas y personal sanitario de todo tipo de apoyo de verdad, con amor, a una pareja que acaban de ser madres/padres, con conciencia de los beneficios que tiene de verdad la lactancia materna, dejaremos de hablar de este tema en la sociedad y en la bloguesfera.

La sociedad debería naturalizar lo humano y dejar de dar consejos y opinar sobre lo que no le incumbe. Ahí las mujeres dejarán de sentirse culpables, mal, fracasadas, insatisfechas… y lograrán que la lactancia materna sea una experiencia de empoderamiento y connexión con su bebé insuperables.

Llums i ombres de la meva maternitat

Más abajo en castellano

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Foto de David Ruiz

Fa temps que tinc ganes de compartir aquesta història amb vosaltres, però potser per falta de confiança, o potser simplement perquè no era el moment, m’he esperat fins avui per tal de sincerar-me i explicar-vos les 2 cares de la meva maternitat. Tot arriba al seu moment.

La introducció fa pensar que tot això que em porto entre mans deu ser la trama d’una novel·la negra de ficció … Res més lluny d’això!! Les llums i ombres de la meva maternitat són una realitat a casa meva des de fa molt de temps, igual que a moltes cases i a molts cors de mares i pares conscients de la criança amb les seves criatures. I és que la maternitat (així com la paternitat) pot tenir 2 cares.

Per a mi, des que sóc mare aviat farà 4 anys, el més destacable és sempre ser conscient del que faig, sempre estar atenta, amb els ulls oberts, a tot allò que veig, dic, sento i faig interactuant amb la resta de persones de l’univers.

Per a mi ser mare és ser empàtica amb les meves criatures, saber guiar-les en el camí de la vida sense posar-me en posició de superioritat, sempre acotant-me a la seva alçada, davant dels seus ulls i mirant-les amb sinceritat i calma.

Per a mi ser mare és donar suport, acceptant com són elles, tant en els moments durs com en els més fàcils. És donar amor a dojo tan quan a mi em ve de gust com a elles els hi ve la necessitat abrupta de tenir la mare al seu costat sense deixar-te respirar.

Però ser mare no és un camí només de roses, i no sempre és fàcil esquivar les ombres i dificultats diverses que van apareixent en el teu camí.

TOT VA COMENÇAR AL PRINCIPI

Tot va començar, més o menys, conscientment, en tenir l’Abril. No sabia ben bé com actuar, com ser mare. Que si la teta així, que si mama molt, que si hauria de posar-la al bressol, que millor la trec a passejar en comptes de dormir-la en braços… En aquell moment hi havien molts dubtes, així com molts comentaris, i em sentia perduda i molt dèbil, molt petitona. Aleshores vaig sentir que necessitava trobar l’equilibri de la balança: entre el meu cor i el meu cap, el meu instint i el que em diu la societat, el que m’il·lumina i el que m’enfosqueix el camí (almenys en certs moments)…

RENUNCIA O ENTREGA

I mentrestant, jo continuava criant a la meva filla a la meva manera. La meva parella i jo sempre ens hem entès molt bé, de fet per això crec que hem tingut 3 canalles, perquè fluïm quasi perfectament com a parella que engendra i cria nenes. Sí, ens reforcem molt com a mare i pare. Això és un privilegi.

Em vaig quedar sense feina, i vaig pensar que no calia buscar-ne una altra. Em vaig centrar en la meva filla, però cada dos per tres hi dubtava. Seré jo, o estaré deixant de ser jo perquè ara només penso en ella? Perdré el fil de la meva carrera professional, tan jove com sóc? Continuo sent jo si justament he arribat, com si no ho hagués pensat, en un punt que no m’esperava, amb una filla abans dels 30 i ocupant-me de la casa? Em sabrà greu haver parat la meva vida així?

I clar, la nena creixia, i amb la nena m’ho passava teta però també tenia moments de cansament, de poca paciència, fins i tot de desesperació, de falta de recursos… I em deia, potser si treballes fora de casa et sentiràs més reconfortada el temps que passis amb la nena, serà més intens i agraït. Sempre vivia entre sentiments ambivalents.

ARRIBA LA SEGONA

Quan va arribar la segona filla no sabia ben bé si estava fent el correcte o no. Havíem decidit massa aviat tenir una altra criatura? Podríem atendre correctament, com nosaltres volíem amb respecte i amor a les dues nenes? El sentiment de contradicció em portava a tenir emocions ambivalents: tenir una germaneta ben a prop i aviat feia que compartir amor i joc fos un regal per a tota la vida. En canvi, també podia ser exposar a la gran a ser la major massa aviat, a ser més responsable del que li tocava, i per a nosaltres era més desgastant física i emocionalment doncs les forces i paciència tenen un límit.

EDUQUEM A CASA

Els mesos passen, i les nenes es van fent grans. Jo mentrestant començo a llegir cosetes que m’ajudin a sentir-me més còmoda en la faceta com a mare educadora a casa. Mètodes i filosofies pedagògiques vàries (Montessori i Waldorf), i esclar, em topo amb Laura Gutman gràcies a la meva gran amiga i “guia espiritual” E.P. Amb aquelles lectures vaig aprendre a relaxar-me, a deixar-me fluir amb la maternitat una mica més, a deixar-me estar de bobades i simplement centrar-me en la maternitat que tan profundament li estic agraïda.

I LA PRIMERA “GRAN” OMBRA VA ARRIBAR

“Mamá, tranquila, tranquila, te estás poniendo nerviosa”, em va dir l’Abril després de perdre els nervis durant més de 10 dies consecutius. Les veus, els crits, els comentaris sense sentit es van normalitzar a casa. I li vaig donar un cop. Mai he considerat que la pegués, però certament va ser un acte de superioritat molt desagradable, molt desafortunat, moltíssim. Aquell dia en què l’Abril em va demanar tranquil·litat, van canviar moltes coses a la meva visió de la maternitat i de la vida. Ara ho veig tot plegat amb la distància i crec que ha sigut el camí, una oportunitat per a veure que la vida és un bany de felicitat si així ho vols veure.

Aquí va ser quan vaig conèixer la B., que ha estat clau per a caminar cap a una vida en pau i satisfacció plena, deixant-me ésser palpant cada instant de tot, amb ombres i clarors.

“PER A MI ETS EL SÍMBOL DE MARE”

Després d’un procés molt llarg de coneixement interior, de superació d’altibaixos emocionals, de visualitzacions positivitzades de la realitat pensant sempre que som unes privilegiades, vaig començar a rebre algun que altre missatge d’alguns amics i amigues: “per a mi ets la idea de mare que tinc avui en dia”, “ojalá m’ho pogués prendre com tu, així, de manera tan natural”, “estàs feta per a parir filles i criar-les”. Per a mi aquests comentaris han sigut un regal de la vida, una il·luminació per tal de veure que la meva maternitat porten més llum que ombres. I que estem en un salt generacional en el qual comença a haver-hi gent que valora el paper de la dona com a mare. És molt bonic.

Al final, he aprés a dir-me a mi mateixa: “no necessites que ningú t’ho digui, ni tan sols les teves filles, ni tan sols el teu home, ni les teves amigues… diga-t’ho a tu mateixa cada dia. Ets una gran mare”.

Moltes vegades aquestes mateixes amigues em pregunten:

  • I a tu et va costar molt decidir-te a tenir filles?
  • I t’ha fet mai por la responsabilitat que tens?
  • I és tan fàcil deixar la teva feina i dedicar-te exclusivament, 24h al dia a la teva família i casa?
  • I és tot tan perfecte com ho pintes, sovint, al bloc i en les nostres converses?

I els hi dic jo el que faig ho he triat, i per tant, sóc una privilegiada i això m’ho he de dir cada matí quan em llevo. Cada persona, que traci el seu camí conscient cap a la felicitat plena.

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Foto de David Ruiz

Esta entrada es un homenatge a la meva mare, i a totes les mares que entre llums i ombres, en totes les dècades i a tot arreu del món, s’entreguen als seus fills i filles per a entregar el millor d’elles mateixes i fer-ho amb molt d’amor… amb les seves ombres, i llums.

 

LUCES Y SOMBRAS DE MI MATERNIDAD

Hace tiempo que tengo ganas de compartir esta historia con vosotras/os, pero tal vez por falta de confianza, o tal vez porque no era el momento, me he esperado hasta hoy para sincerarme y explicaros las 2 caras de mi maternidad. Todo llega en su debido momento.

La introducción quizá os lleve a pensar que todo esto que me llevo entre manos debe ser la trama de una novela negra de ficción… ¡¡Nada más lejos de eso!! Las luces y sombras de mi maternidad son una realidad en mi casa desde hace mucho tiempo, al igual que en muchas casas y en muchos corazones de madres y padres conscientes de la crianza con sus criaturas. Y es que la maternidad (así como la paternidad) puede tener dos caras.

Para mí, desde que soy madre pronto hará 4 años, lo más destacable es siempre ser consciente de lo que hago, siempre atenta, con los ojos abiertos con todo lo que veo, digo, siento y hago interactuando con el resto de personas del universo.

Para mí ser madre es ser empática con mis hijas, saber guiarlas en el camino de la vida sin ponerme en posición de superioridad, siempre agachándome a su altura, delante de sus ojos y mirándoles con sinceridad y calma.

Para mí ser madre es apoyar, aceptando como son ellas, tanto en los momentos duros como en los más fáciles. Es dar amor a raudales tan cuando me apetece como cuando es una necesidad repentina de ellas que no me dejan ni respirar.

Pero ser madre no es solamente un camino de rosas, y no siempre es fácil esquivar las sombras y diferentes dificultades que van apareciendo en tu camino.

TODO EMPEZÓ AL PRINCIPIO

Todo comenzó, más o menos, conscientemente, al tener Abril. No sabía muy bien cómo actuar, cómo ser madre. Que si la teta así, que si mama mucho, que si debería ponerla en la cuna, que mejor la saco a pasear en vez de dormirla en brazos… En ese momento había muchas dudas, así como muchos comentarios y me sentía perdida y muy débil, muy pequeñita. Entonces sentí que necesitaba encontrar el equilibrio de la balanza: entre mi corazón y mi cabeza, mi instinto y lo que dice la sociedad, lo que es mi luz y lo que enturbia mi camino (al menos en ciertos momentos)…

RENUNCIA O ENTREGA

Y mientras tanto, yo seguía criando a mi hija a mi manera. Mi pareja y yo siempre nos hemos entendido muy bien, de hecho por eso creo que hemos tenido 3 hijas, porque fluimos casi perfectamente como pareja que engendra y cría niñas. Sí, nos reforzamos mucho como mamá y papá. Esto es un privilegio.

Me quedé sin trabajo, y pensé que no había que buscar otro. Me centré en mi hija, pero cada dos por tres iba dudando. ¿Seré yo, o estaré dejando de ser yo porque ahora sólo pienso en ella? ¿Perderé el hilo de mi carrera profesional, tan joven como soy? ¿Sigo siendo yo si justamente he llegado, casi sin pensarlo, en un punto que no me esperaba, con una hija antes de los 30 y ocupándome de la casa? ¿Me sabrá mal haber “parado” mi vida así?

Y claro, la niña crecía, y con la niña me lo pasaba teta pero también tenía momentos de cansancio, de poca paciencia, incluso de desesperación, de falta de recursos … Y me decía, tal vez si trabajas fuera de casa te sentirás más a gusto el tiempo que pases con la niña, será más intenso y agradecido. Siempre vivía entre sentimientos ambivalentes.

LLEGA LA SEGUNDA

Cuando llegó la segunda hija no sabía muy bien si estaba haciendo lo correcto o no. ¿Habíamos decidido demasiado pronto tener otra criatura? ¿Podríamos atender correctamente, como nosotros queríamos con respeto y amor a las dos niñas? El sentimiento de contradicción me llevaba a tener emociones contradictorias: tener una hermanita muy cerca y tan pronto hacía que compartir amor y juego fueran un regalo para toda la vida. En cambio, también podía significar exponer a la grande a ser la mayor demasiado pronto, a ser más responsable de lo que le tocaba, y para nosotras era más desgastando física y emocionalmente pues las fuerzas y paciencia tienen un límite.

EDUQUEMOS EN CASA

Los meses pasan, y las niñas se van haciendo mayores. Yo mientras tanto empiezo a leer cositas que me ayuden a sentirme más cómoda en la faceta como madre educadora en casa. Métodos y filosofías pedagógicas varias (Montessori y Waldorf), y claro, me topo con Laura Gutman gracias a mi gran amiga y “guía espiritual” E.P. Con aquellas lecturas aprendí a relajarme, a dejarme fluir con la maternidad un poco más, a dejarme estar de bobadas y simplemente centrarme en la maternidad que tan profundamente le estoy agradecida.

Y LA PRIMERA “GRAN” SOMBRA LLEGÓ

“Mamá, tranquila, tranquila, te estás poniendo nerviosa”, me dijo Abril después de perder los nervios durante más de 10 días consecutivos. Las voces, los gritos, los comentarios sin sentido se normalizaron en casa. Y le di un golpe. Nunca he considerado que le pegara, pero ciertamente fue un acto de superioridad muy desagradable, muy desafortunado, muchísimo. Ese día en el que Abril me pidió tranquilidad, cambiaron muchas cosas en mi visión de la maternidad y de la vida. Ahora lo veo todo con la distancia y creo que ha sido el camino, una oportunidad para ver que la vida es un baño de felicidad si así lo quieres ver.

Ahí fue cuando conocí a B., que ha sido clave para caminar hacia una vida en paz y satisfacción plena, dejándome ser palpando cada instante de todo, con sombras y luces.

“PARA MI ERES EL SÍMBOLO DE MADRE”

Después de un proceso muy largo de conocimiento interior, de superación de altibajos emocionales, de visualizaciones positivizadas de la realidad pensando siempre que somos unas privilegiadas, empecé a recibir algún que otro mensaje de algunos amigos y amigas: “para mí eres la idea de madre que tengo hoy en día”, “ojalá me pudiera tomar las cosas de manera tan natural como tú”, “estás hecha para parir hijas y criarlas”. Para mí estos comentarios han sido un regalo de la vida, una iluminación para ver que mi maternidad lleva más luz que sombras. Y que estamos en un salto generacional en el que comienza a haber gente que valora el papel de la mujer como madre. Es muy bonito.

Al final, he aprendido a decirme a mí misma: “no necesitas que nadie te lo diga, ni siquiera tus hijas, ni siquiera tu chico, ni tus amigas… dite a ti misma cada día: Eres una gran madre”.

Muchas veces estas mismas amigas me preguntan:
• ¿Y a ti te costó mucho decidirte a tener hijas?
• ¿Y te asusta la responsabilidad que tienes?
• ¿Y es tan fácil dejar tu trabajo y dedicarte exclusivamente, 24h al día a tu familia y casa?
• ¿Y es todo tan perfecto como lo pintas muy a menudo en tu blog y en nuestras conversaciones?

Y les digo que lo que hago es lo yo he elegido, y por tanto, soy una privilegiada y eso me lo tengo que decir cada mañana cuando me levanto. Cada persona, que trace su camino consciente hacia la felicidad plena.

Esta entrada es un homenaje a mi madre, y a todas las madres que entre luces y sombras, en todas las décadas y todos los lugares del mundo, se entregan a sus hijos e hijas para darles lo mejor de sí mismas y hacerlo con mucho amor… con sus sombras, y sus luces.

Aran, la nostra preciosa filla

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Aquesta serà una entrada llarga, però molt íntima, d’una experiència totpoderosa, de superació, d’empoderament de la dona.

L’Aran, la nostra preciosa tercera filla, va arribar el passat 26 de novembre en una meravellosa i màgica nit de lluna plena. Després d’un embaràs on ella ha passat desapercebuda, on els síntomes no han sigut gens dolents, els seus moviments a la panxa dolços i en gran part tranquils, va obrir-se pas en el món exterior en un part conscient, vaginal-natural, sense anestèsies, i molt desitjat.

Tothom et diu que a més fills, més fàcils i ràpids són els parts. Doncs cada dona, cada bebé, i cada part és un món. La Lluna i l’Abril van sortir abans de les 40 setmanes, així que en aquest cas ens vam precipitar en imaginar-nos que acabaria passant el mateix. Com deia, l’embaràs havia estat molt bo, però des de les 36 setmanes la pressió a la pelvis i el sacre, l’encaixament del cap i demés, feien que em sentís incòmoda i amb certa sensació de què podria tornar a avançar-se com les altres.

Jo li deia a les meves amigues: “abans que arribi la criatura, necessito un respir de veritat. Per això estic esperant què la meva mare arribi a la 37 setmana i ens cuidi una mica a totes plegades”. I ma mare va venir, i va fer de tot a casa, menjars, rentar la roba, endreçar, etc. I els dies passaven, i l’Aran es feia notar amb moltes contraccions diàries.

Vaig decidir que faria que l’espera fos més curta posant de la meva part. Sortia a caminar, feia estiraments, prenia infusió de gerds, i va arribar la setmana 40 i em van fer monitors. “Doncs, aquí tens els papers per si arribem a la setmana 41+3 parlaríem d’induir-te el part”. Allò em va fer mal a l’ànima. No estava preparada a acceptar una inducció, jo volia un tercer part naturalment pur. Em feia pànic, i ho pensava molt, massa diria jo.

Les nenes ja havien estat avisades feia molts dies que potser una nit marxàvem el papa i la mama perquè neixés l’Aran. Elles podien palpar la meva tensió. La del pare es deixava notar menys, però també hi era.

I vinga contraccions, de dia i de nit. I jo li deia al Javi: “aquesta vegada tinc dubtes de quan serà realment el moment d’anar de part a l’hospital”. En 4 ocasions vaig arribar a agafar el rellotge per calcular la freqüència de les contraccions, fins que una vegada va ser La De Veritat.

“Mama, avui m’en vaig a Madrid jo sola a passejar, a “despejar-me”, em sento una mica enclaustrada en aquest poble esperant posar l’ou”. Vaig agafar el cotxe, i vaig passar tot el matí i migdia a Madrid. Qui em diria que aquella mateixa nit neixeria l’Aran.

Les contraccions van començar, com totes les nits, i en arribar les 22h jo ja estava prou cansada i m’asseia, i sentia que les contraccions, com cada nit, es paraven. I em vaig esforçar i em vaig quedar de peu, pensant, vinga, així fas feina i això avançarà. Cansada, em vaig estirar al llit i res, les contraccions continuaven mooooolt espaiades. Fins que van començar a molestar-me i no podia seguir estirada, i tot i dir-me el Javi que descansés per si al final em posava reament de part, em vaig haver d’aixecar per les molèsties que ja sentia.

De sobte, les contraccions eren cada 3 minuts. Vaig respirar, i vam agafar ràpidament les coses per anar a l’hospital. El cos és molt savi, i l’Aran havia necessitat tots aquells dies per quedar-se enganxada a mi, encara al meu ventre.

En arribar a l’hospital, per sort, les contraccions havien fet la seva feina i ja estava dilatada de 6 centímetres. El meu cos i la meva ment sabien que l’Aran no trigaria molt en sortir, i realment tot va rutllar amb molta facilitat. La Susana, una matrona maquíssima, no la vam necessitar avoi res. Jo necessitava estar sola exclusivament amb en Javi, qui m’ajudava en tot moment a continuar concentrada respirant en cada contracció. Meditacions i visualitzacions de llocs on haguéssim estat molt feliços, amb aire pur, estant conectades a la naturalesa.

“Ajuda’m”, li deia en ocasions. Això ell sabia que significava: “estigue’s amb mi, que jo sé que ho estàs, i ofereix-me unes paraules amb aire fresc”. “Ara mateix estem arribant als Pirineus, concretament a Benasque, i mires el riu i respires profundament i sents com l’aire entra pels teus pulmons”. Així és com jo he aconseguit superar “el dolor” dels dos parts naturals que he tingut.

Són moments inoblidables, m’he quedat novament amb les ganes de gravar-ho i veure’m parir jo mateixa. És un control físic sobre el meu cap, la meva raó, que em sembla fulminant. És poderós.

Vaig sentir que volia emputjar, però presentia que no estava dilatada del tot, li vaig dir al Javi. Vam cridar la Susana, i em va comentar que tal i com jo sentia, no estava en dilatació completa però si tenia ganes d’apretar que ho fes, que m’aliviaria. I ho vaig fer, i és un estat gloriós, d’energia pura. El final del camí arriba, després de 9 mesos de gestació, després d’haver conçebut la teva criatura i haver-la fet créixer a dintre teu, en aquest moment de por i d’exaltació a la vegada, ja veus que tot allò acaba per començar una altra història, en realitat la mateixa, fora del teu cos. Una separació necessària per la qual havia de preparar-me. Probablement la meva tercera i última criatura, la meva última experiència reproductiva, quina pena em feia sentir que fos la meva darrera nena, però faria tot el possible per sempre fer-ho més conscientment i amb més satisfacció i felicitat.

Em va dir que em tumbés a una camilla, i jo amb tota la lucidesa del món, de sobte, després de l’estat semi-inconscient del dolor controlat de les contraccions durant la dilatació, li vaig dir: “tumbada lo veo difícil, pero de pie ni de coña”. “Vamos a probar”. Quina màgia té el cos. Jo, cansada, vaig sentir com el meu cos i la meva respiració es recuperava gràcies a què em vaig tumbar i les contraccions vang deixar de ser tan intenses i es van espaiar. El cos està preparat per frenar el ritme abans de l’expulsiu. Ho vaig intentar i li vaig dir a la Susana: “no sé, siento como si no acabara de bajar, no sé.” “Ah, y nada de donar el cordón”. Aquesta vegada preferia no donar el cordó al band de sang. Tot allò indicava que alguna cosa seria diferent a les altres. L’expulsiu va necessitar algunes forçes extres meves més de les que m’imaginava comparant amb l’anterior part.

Vaig agafar tota l’aire de l’Himalaia, on ens vam conéixer en Javi i jo, i totes les forçes de les dones de la meva vida, la meva mare, la meva germana, les meves iaies, les meves amigues… i vaig emputjar mentre en Javi pensava que em reventaria la cara de tan apretar. La criatura va coronar, la flor es va obrir, i va tocar parar perquè la nena portava una bolta de cordó. Jo ho sabia, jo sabia que no acabava de baixar per alguna cosa. I a sobre, al final, tampoc vam poder deixar que el cordó bategués fins al final perquè el van haver de tallar. “¿Está bien está bien? Estava una miqueta morada, però sabíem que estava bé.

Va plorar, perquè li havia costat molt sortir, però va arribar amb pau i amor, amb felicitat i tranquilitat, tal i com m’havia imaginar. Per a sorpresa nostra, que no sabíem el sexe, va ser una altra nena. L’Aran.

Gràcies Javi per ser el millor acompanyant, la millor doula que mai em pogués imaginar. Gràcies per aquests 10 anys junts des que ens vam unir a prop dels Himalàies.

Gracias mama por ser la mejor madre que nunca haya podido desear tener.

Gracias amigas de siempre, y las de ahora, por envolverme de fuerza y energía (el Ritual de Bienvenida a Aran será siempre inolvidable).

Gracias familia por estar ahí en Todo momento.

Gràcies Lluna i Abril per ser sempre tan comprensives i pacients, tot i ser tan petites.

Una alternativa al consumisme: regals fets a casa (BOSSES D’ESPÍGOL)

Mireu quina coseta tan bonica podem fer a casa!!! És cert que la temporada d’espígol fresc ja ha passat… però bueno, us ho anoteu per al proper any. Nosaltres vam recollir-ne força fa just 2 mesos o així, i el resultat va ser genial. Per fer les vostres bosses d’espígol, necessiteu:

BOSSES D’ESPÍGOL: són tota una novetat a casa, i encara que les nenes no les confeccionin totes a mà com en altres regals, sí que es troben les protagonistes.

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Materials:

  • retalls de teles
  • fils i tisores
  • llana o fil per tancar la bossa
  • complements: boles, botons, bolígraf permanent per escriure-hi el nom.
  • espígol

La manera de cosir les bosses pot ser molt variada, així que aquí cadascú que vegi com les prefereix!! En tot cas, si algú necessita una guia, que ho comenti i li explicarem. A les bossetes que apareixen a les fotografies els hi falten alguns detalls: acostumem a posar-hi boletes al final dels fils que ajuden a tancar la bossa, i de vegades, també, hi escrivim el nom del nen/nena a qui li regalarem amb rotulador per decorar teixits amb el qual surt pintura gruixuda.

Gaudiu-ho!!!!

Blake McLaughlin Jersey 
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